El Atlético de Madrid se impuso, bien y merecidamente, al Athletic de Bilbao (3-0) en la final de la Europa League disputada ayer en el Estadio Nacional de Bucarest. Los colchoneros dominaron el partido de principio a fin, gracias, en mayor parte, a Radamel Falcao."El Trigre" anotó los dos primeros tantos y cuajó un enorme encuentro. El alumno se impuso al profe, Simeone fue superior a Bielsa, y su Atlético levantó la segunda Europa League en 3 temporadas.
El partido sobre el papel, y como comentábamos ayer en Bucarest busca Rey, parecía ser un duelo igualado y que se decidiría por pequeños detalles. Tras ver el encuentro uno se queda con el resultado (3-0), pero fueron los detalles y momentos puntuales del mismo los que provocaron que el partido no fuera como se esperaba y que los madrileños se alzaran con el título.
1. Presión. Todos esperábamos una salida intensa de los de Bielsa, pero fue todo lo contrario. Los discípulos de Siemeone salieron a morder y presionar desde el pitido inicial. De esta manera desconfiguraron el juego asociativo del Athletic y llegó el tempranero gol de Falcao que adelantaba al Atlético.
2. Sin perdón. El Atlético de Madrid fue superior, no hay duda, sabía lo que tenía que hacer y lo llevo a acabo. Gran parte de culpa la tiene el acierto de los colchoneros de cara a puerta. Las dos primeras ocasiones claras acabaron en gol. En una final, eso te da el título.
Los jugadores del Atlético de Madrid celebran la consecución de la Europa League.
El partido sobre el papel, y como comentábamos ayer en Bucarest busca Rey, parecía ser un duelo igualado y que se decidiría por pequeños detalles. Tras ver el encuentro uno se queda con el resultado (3-0), pero fueron los detalles y momentos puntuales del mismo los que provocaron que el partido no fuera como se esperaba y que los madrileños se alzaran con el título.
1. Presión. Todos esperábamos una salida intensa de los de Bielsa, pero fue todo lo contrario. Los discípulos de Siemeone salieron a morder y presionar desde el pitido inicial. De esta manera desconfiguraron el juego asociativo del Athletic y llegó el tempranero gol de Falcao que adelantaba al Atlético.
2. Sin perdón. El Atlético de Madrid fue superior, no hay duda, sabía lo que tenía que hacer y lo llevo a acabo. Gran parte de culpa la tiene el acierto de los colchoneros de cara a puerta. Las dos primeras ocasiones claras acabaron en gol. En una final, eso te da el título.
3. El balón. Tener la posesión no te asegura ganar. Comentábamos ayer que el control del balón sería vital para levantar el título, y lo fue. El Athletic tuvo más posesión, domino el esférico, pero fue el Atlético el que lo supo utilizar mejor, el que más claro tenía lo que debía hacer con él. De ahí el resultado final y la sensación que dejo el partido. El Athletic sin ideas, recurrió a lo de "siempre", al fútbol del Athetic de toda la vida y se olvidó o no pudo hacer el fútbol que le ha permitido llegar aquí. Sin duda, Simeone tiene parte de culpa.
4. Los tres tenores. Todos en la previa hablábamos de los tridentes ofensivos de ambos equipos y el poder de determinación que podían tener. Sin embargo, el triángulo formado por Thibaut Courtois, Diego Godín y João Miranda fue clave para asegurar el título. Los defensas y en este caso los porteros nunca se llevan las fotos y los premios, pero sin duda ten dan campeonatos y títulos como el de ayer. El jóven portero belga, mañana cumple 20 años, estuvo impecable por alto, hizo valer sus 198 centímetros y bloqueo el tráfico aéreo. La pareja Godín-Miranda anuló completamente a Fernando Llorente y estuvo perfecta durante todo el encuentro. Sin duda, los tres fueron fundamentales.
5. Falcao. El colombiano dio una lección de como debe jugar un "9" puro. Fue un constante incordio para la defensa, trabajó para el equipo, supo cuando aguantar y cuando arrancar, en definitiva, lo hizo todo bien. Además, tuvo la fortuna de anotar los dos primeros goles, sendos golazos acercaron al Atlético a levantar la Europa League. "El Tigre" se convirtió en Rey de la sabana rumana.
Radamel Falcao celebra el primero de sus goles.
La experiencia fue un grado en la final de Bucarest. Los jugadores más experimentados del Atlético se mostraron más cómodos en un escenario así. La juventud de la plantilla del Athletic les pudo pasar factura. Era la primera gran final para muchos de ellos, no será la última, a parte de la final de Copa que disputarán contra el FC Barcelona el próximo 25 de mayo, si consiguen mantener un bloque con un futuro prometedor. Iturraspe, la brújula bilbaína en muchos encuentros, lo pasó mal, se le quedó grande el encuentro y eso lo notó el equipo de Bielsa. Además, la labor de el capitán Gabi y su soldado Mario Suárez fue tremenda. Ambos se marcaron un partido espectacular en el escenario idóneo.
El idilio del Atlético de Madrid con la Europa League es tremendo. Desde que cambiara de nombre la antigua Copa de la UEFA en el año 2010 los del Manzanares han conquistado 2 de los 3 títulos disputados bajo este nuevo nombre. De Hamburgo a Bucarest el Atlético se ha sabido renovar, ningún jugador titular estaba en esa final contra el Fulham, pero ha mantenido el espíritu competidor. Ese espíritu se vio ayer plasmado en Radamel Falcao García, el colombiano, máximo goleador de la competición por segundo año consecutivo, volvía a ser clave, determinante en la final. El año pasado anotaba 17 goles y ayudaba al Oporto a ganarla en Dublín. Ayer llegaba a los 12 tantos y le daba al Atético su segunda "Falcao League". No diga Falcao, diga gol, diga Europa League.
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