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lunes, 4 de marzo de 2013

Sistema Thibodeau

Desde el último anillo de los seis anillos que consiguió Jordan en 1998 con sus Chicago Bulls, los de Illinois vivían una época muy alejada de los éxitos que cosecharon durante la década de los 90. Después de 6 años sin clasificarse, de 2005 a 2007 se metieron tres temporadas seguidas en la postemporada, incluso pasaron una ronda en los Playoffs en el año 2007. Sin embargo, en 2008 de nuevo no volvieron a entrar, y, aunque en 2009 y 2010 alcanzaron exactamente el 50% de victorias y pudieron disputarlos otra vez, en ninguna de las dos campañas pasaron de primera ronda. En definitiva, de 1999 a 2010 (12 temporadas) un equipo tan ilustre, que muchos consideran que en los 90 tuvo la mejor plantilla de la historia de un equipo en esta liga, comandada por Michael Jordan, sólo disputó la postemporada 5 veces en esos 12 años y únicamente pasaron una ronda.

Sin duda alguna, se habían cometido errores. En 2006 eligieron en el draft al reciente All Star LaMarcus Aldrige, pero lo traspasaron esa misma noche por el descafeinado Tyrus Thomas. También se marchó Tyson Chandler, que años más tarde se convertiría en un imprescindible en el anillo de los Dallas Mavericks de 2011, así como uno de los grandes valedores de la destacada temporada que New York Knicks está realizando este 2012/2013.

El francés Joakim Noah es el fiel reflejo de unos Bulls que defienden cada posesión como si fuera la última de la temporada.

No obstante, en la temporada 2007 las cosas empezaron a cambiar. Eligieron con el número 9 en el draft a Joakim Noah y, aunque no se clasificaron para Playoffs, se quedaron cerca, consiguiendo un balance de 33-49 (40,2%). El equipo era joven y esperanzador, contrastado con la veteranía de otros hombres que ya se habían convertido en símbolos en Chicago como Luol Deng. Con ese porcentaje de victorias, su pick en el draft del 2008 no parecería que fuera a ser muy alto, contaban con el 1,37 % de opciones de conseguir el número 1. Pero, 10 años después de la marcha de Michael Jordan, la fortuna sonrió de nuevo a los Bulls. El sorteo deparó que los de Chicago elegirían primeros, y, como no podía ser de otra manera, escogieron al base llamado a marcar una generación, Derrick Rose.

Tanto en 2009 como en 2010, los de Chicago se clasificaron para Playoffs, pero no pasaron de la primera ronda, recordando a las temporadas anteriores. En 2009 se marchó Ben Gordon y en 2010 Kirk Hinrich, dos jugadores que militaron en los Bulls durante la mayoría de estos tortuosos años. Parecía que algo iba a cambiar, ya que, tras sus dos primeros años en la NBA, Rose estaba preparado para ser una gran estrella de la liga, y el traspaso de estos dos jugadores no tenía mayor explicación que liberar espacio salarial para conseguir otro gran jugador que acompañara a Deng, Noah y al propio Derrick (Rookie del año en 2009 y All Star en 2010) con el objetivo de volver a ser una de las grandes franquicias de la liga.

Pero, en el verano de 2010, sucedió otro hecho que marcaría la historia reciente de los Bulls: contrataron como entrenador jefe a Tim Thibodeau. Había sido entrenador asistente desde muy joven, desde hace 30 años, y había pasado por equipos como San Antonio Spurs, Philadelphia 76ers, New York Knicks, Houston Rockets y, especialmente, Boston Celtics, donde con sus destacadísimos sistemas defensivos había ayudado a Doc Rivers en la consecución del único título de los orgullosos verdes en los últimos 25 años, en los que sobresalieron la manera de la que los Celtics secaron a Kobe Bryant en las finales.

La llegada de Thibodeau cambio el curso de unos Bulls faltos de ideas desde la marcha de Jordan.

Así pues, en el verano de 2010, los Bulls pujarían por los principales agentes libres que había ese verano, que no eran otros que LeBron James, Dwyane Wade, Chris Bosh, Amaré Stoudemire, Dirk Nowitzki y Carlos Boozer. Con la firma de los 3 primeros por Miami, todo se limitaba mucho más, pero, sin embargo, los Bulls necesitaban un Power Forward ya que su columna vertebral estaba formada por Derrick Rose (Point Guard), Luol Deng (Small Guard) y Joakim Noah (Center), y los 3 grandes jugadores libres restantes jugaban en esa posición. Dirk Nowitzki renovó rápidamente por Dallas y Stoudemire se marchó a New York convencido por Carmelo Anthony, así que los Bulls firmaron a Carlos Boozer como cuarta pata de la silla. A priori, un premio demasiado poco jugoso viendo lo que había en el mercado, pero no tan poco como se demostraría después.

En la temporada 2010/2011, Thibodeau, en su debut como entrenador jefe, transformó a los Bulls de un equipo mediocre, al mejor equipo de la liga en la temporada regular, pasando de un 41-41 (50%) a un impresionante 62-20 (75,6%), logrando Derrick Rose el MVP en su tercer año en la liga y que él mismo consiguiera el reconocimiento al mejor entrenador. Los Bulls eliminaron en Playoffs a Indiana y a Atlanta, pero cayeron duramente en la final de Conferencia contra Miami Heat por 4-1. No pasaba nada, era el primer año como uno de los 3-4 grandes equipos de la liga y el año siguiente pintaba aún mejor, con el desarrollo del equipo y el dominio total de los sistemas de Thibodeau por parte de la plantilla. Tim había convertido un equipo mediocre y algo blando en el mejor equipo defensor de la liga, siendo el equipo que menos puntos recibiría en la campaña 2010/2011 y de nuevo en la 2011/2012.

El MVP de Rose en la temporada 2011/2012 demostraba que los de Chicago están haciendo muy bien las cosas.

Así pues, la temporada 2011/2012 se veía muy esperanzadora. Los de Illinois volvían a finalizar primeros en la Conferencia Este en la liga regular con un 50-16 (75,8%), se disputaron menos partidos al ser año de lockout), Thibodeau quedaba segundo en las votaciones al mejor entrenador de la temporada y parecían preparados para asaltar a los de Florida y alcanzar las Finales de la NBA. Pero sin embargo, cuando todo estaba preparado para que los Bulls dieran el paso que les faltaba para ser candidatos a todo, en la eliminatoria de primera ronda contra Philadelphia, el gran líder del equipo, Derrick Rose, se rompía el ligamento cruzado anterior y los Bulls eran eliminados por los Sixers (http://www.youtube.com/watch?v=EqQckfz3P4Y).

Parecía que el proyecto ganador de los Bulls que podía llevarles al anillo 15 años después había sido destrozado por la lesión del MVP de 2011. La rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda mantendría apartado a DRose de 9 a 12 meses y como mucho se incorporaría en el final de la presente temporada. Pero los Bulls fueron pacientes y confiaron. Lucharían con lo que tenían, todo ello dirigido por Thibodeau, hasta que su gran líder se reincorporara. Sin embargo, muchos analistas a principio de temporada opinaban que con la actual plantilla de Chicago tendrían serias dificultades incluso para meterse en Playoff. Razones no les faltaban, ya que los sustitutos de Rose eran Nate Robinson, la vuelta de Kirk Hinrich y el rookie Marquis Teague, todos ellos muy lejos del nivel de Derrick.

La fatídica lesión los alejaba del título. Este año, su regreso puede devolver a los Bulls a una final de Conferencia.

Sin embargo, a falta de un tercio para terminar la liga regular, los Bulls marchan quintos en el Este, empatados con los cuartos (Atlanta) y solamente a 3 partidos de Knicks (segundos) y a 4 de Indiana (terceros). Y es que Thibodeau, con su característica exigencia asfixiante a todos y cada uno de los jugadores que conforman su roster, ha sabido formar un equipo muy aguerrido defensivamente hablando y ha involucrado a todos en el proyecto para sustituir a la gran estrella. 
En Chicago todos aportan, con 9 jugadores que superan los 7 puntos de media por partido (Marco Bellinelli, Nate Robinson, Kirk Hinrich, Rip Hamilton, Luol Deng, Jimmy Butler, Taj Gibson, Carlos Boozer y Joakin Noah) y Deng, Noah, Boozer, Robinson y Hamilton superan los 10. Ninguno ha ocupado el puesto de gran líder del equipo que está preparado para cuando vuelva Rose, que es inminente, ya que lleva ya un mes viajando con el equipo y entrenando. Ha trabajado duro en su rehabilitación y parece improbable que el, posiblemente, jugador más explosivo del mundo, haya perdido muchas de sus virtudes.Y es que si los Bulls, de la mano de Thibodeau, han sabido afrontar y superar la ausencia del MVP más joven de la historia, pueden ser capaces de todo con él en sus filas.

Derrick Rose: The Return

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