El Real Madrid afrontaba la semana más importante de lo que llevamos de temporada inmerso en las dudas de cómo respondería el equipo. Entre el martes 26 de febrero y el 5 de marzo, los de José Mourinho se jugaban la temporada con los partidos de vuelta de los octavos de final de la UCL y de las semifinales de la Copa del Rey. El resultado: inmejorable.
La visita al Camp Nou se saldaba con una victoria (1-3). Incontestable la superioridad blanca que desquició al todavía vigente campeón del torneo.
Los de la capital de España fundamentaron su victoria en un penalty anotado por Cristiano Ronaldo y cometido sobre él mismo. Un penalty, que como no podía ser de otra manera, llegó en una de las vertiginosas contras madridistas. Unas transiciones perfectas que los de Mourinho dominan como nadie.
Un Barça atascado y sin ideas a penas ponía en aprietos a la defensa merengue.
El posterior 0-2, obra de Cristiano, y el 0-3 de Varane, mataron una eliminatoria donde el Real Madrid demostró que le tiene tomada la media a sus rivales culés.
Entre Barcelona y Manchester, tocaba clásico. Con la mente en "El Teatro de los Sueños" -por Old Trafford-, el Real Madrid rotaba a los más habituales. Essien, Morata o Callejón tenían su oportunidad. De nuevo, triunfo merengue (2-1) en un partido marcado por la pasividad de ambos, pero que daba la sensación de que el Marid sabía que tendría la suya.
La entrada de Cristiano a 25 minutos del final dinamitó el partido. Ramos, a la salida de un corner daba la victoria y llenaba de moral las maletas blancas para el trascendental duelo de Manchester.
El más difícil de los tres. Por la situación, el contexto y el rival. Los de Mourinho viajaba a Inglaterra obligados, primero, a anotar. El Manchester era sabido que no concedería metros para correr, ahí donde el Madrid se siente mas cómodo. Fergui armó un 1-4-4-1-1 compactó, sin espacios que atormentó al Madrid. La presión de Welbeck sobre Alonso ahogaba al Madrid. Sin espacios, los blancos estaban encorsetados.
Incómodo, lento, las cosas no pintaban bien y menos tras el gol de Ramos en propia puerta. Pero a 35 minutos para el final, la expulsión de Nani cambiaba la eliminatoria.
El United con 10, pero resultado a favor. Se venía el asedio. Arbeloa por Modric, Mou tenía que jugársela.
En 10 minutos, Luka cambió el ritmo, despertó a Özil y ellos al Madrid. Primero, un zapatazo del croata. Luego, un taconazo del alemán favorecía el gol de Cristiano. El Madrid estaba en cuartos.
- Diego López, el Señor Elástico
Regresó a Madrid con la papeleta de sustituir a Iker Casillas. El gallego, tras su paso por Villa-real y Sevilla regresaba a la casa blanca con la difícil tarea de hacer olvidar al capitán. Maduro y con experiencia, Diego ha demostrado estar en uno de sus mejores momentos. Con la confianza de Mou sobre su figura, ha dado seguridad a la zaga y ha demostrado que la secretaría blanca no se equivocaba con su fichaje. Sus partidos en el Camp Nou y Old Trafford, especialmente el de tierras inglesas, han facilitado que el Madrid esté donde está ahora mismo.
Está por ver si cuando vuelva Iker será (Diego) relegado a un segundo plano. Por lo visto hasta ahora, López merece defender la portería blanca.
- Raphaël Varane, la Antorcha Humana.
Las 19 primaveras que le contemplan son una bendición. Rápido, ágil, concentrado y con una limpieza en todas sus acciones digna de elogiar. El francés ha aprovechado la baja de Pepe para hacerse con un sitio en la defensa merengue. Sin faltas, rápido en la anticipación y con una clara salida de balón. El joven francés se ha doctorado esta semana. Soberbio ante el Barça. Brillante ante el United. Una falta en 270 minutos, robos, anticipaciones..., salvo la falta de contundencia en el gol del Manchester, Raphaël ha cuajado 3 partidos perfectos. Joven y con un talento innato para comandar la defensa de todo un real Madrid. Sale de zona y no sufre, se anticipa y la juega con facilidad. El futuro se escribe con V de Varane.
- Luka Modric, la Chica Invisible.
El fichaje del verano (40 millones de euros pago el Real Madrid por sus servicios) parecía no contar con los minutos deseados. A ratos, en partidos no decisivos se dejaba ver por el verde. Deambulaba alejado de su zona de influencia (la media punta, cerquita del área) y todo eran criticas a su contratación. Pero como si de la noche al día, todo cambio.
La expulsión de Nani hizo que Mou buscará el partido. Con Özil caído a la zona derecha y Kaka´en el campo, era el turno de Luka. Tímido y despeinado saltó a la pradera de Old Trafford. Temido por los diablos rojos (sus andanzas en Londres con el Tottenham se recuerdan), se enfundó la cinta, pensó y actuó cerca del área, como más les gusta.
Con el United replegado desequilibro en tres cuartos, aportó dinamism y anotó. Luka, como si nada hubiera pasado apareció para meter al Madrid en cuartos.
- Cristiano Ronaldo, la Cosa.
En el mejor momento de su carrera. Con 28 años ha llegado la madurez de uno de esos seres hechos para esto del fútbol. Su carácter ganador es incuestionable. Sabe que es importante, el equipo también, y no tiene problemas en asumir la responsabilidad. Cuestionado en su llegada por no aparecer en los partidos decisivos, el de Madeira lleva 6 visitas consecutivas viendo puerta en todo un Camp Nou. Doblete y a semis.
En Manchetser, la que fue su casa durante 6 años, los sentimientos y las emociones le superaron (como el mismo reconoció . Su figura intimida solo con su presencia. Desaparecido, intermitente, pero ahí apareció para rematar un servicio de Higuaín y meter al Real Madrid en cuartos de final. Pichichi de la Champions. Físicamente imparable. Es el elegido para devolver el trono europeo al madridismo.
La visita al Camp Nou se saldaba con una victoria (1-3). Incontestable la superioridad blanca que desquició al todavía vigente campeón del torneo.
Los de la capital de España fundamentaron su victoria en un penalty anotado por Cristiano Ronaldo y cometido sobre él mismo. Un penalty, que como no podía ser de otra manera, llegó en una de las vertiginosas contras madridistas. Unas transiciones perfectas que los de Mourinho dominan como nadie.
Un Barça atascado y sin ideas a penas ponía en aprietos a la defensa merengue.
El posterior 0-2, obra de Cristiano, y el 0-3 de Varane, mataron una eliminatoria donde el Real Madrid demostró que le tiene tomada la media a sus rivales culés.
La entrada de Cristiano a 25 minutos del final dinamitó el partido. Ramos, a la salida de un corner daba la victoria y llenaba de moral las maletas blancas para el trascendental duelo de Manchester.
El más difícil de los tres. Por la situación, el contexto y el rival. Los de Mourinho viajaba a Inglaterra obligados, primero, a anotar. El Manchester era sabido que no concedería metros para correr, ahí donde el Madrid se siente mas cómodo. Fergui armó un 1-4-4-1-1 compactó, sin espacios que atormentó al Madrid. La presión de Welbeck sobre Alonso ahogaba al Madrid. Sin espacios, los blancos estaban encorsetados.
Incómodo, lento, las cosas no pintaban bien y menos tras el gol de Ramos en propia puerta. Pero a 35 minutos para el final, la expulsión de Nani cambiaba la eliminatoria.
El United con 10, pero resultado a favor. Se venía el asedio. Arbeloa por Modric, Mou tenía que jugársela.
En 10 minutos, Luka cambió el ritmo, despertó a Özil y ellos al Madrid. Primero, un zapatazo del croata. Luego, un taconazo del alemán favorecía el gol de Cristiano. El Madrid estaba en cuartos.
Regresó a Madrid con la papeleta de sustituir a Iker Casillas. El gallego, tras su paso por Villa-real y Sevilla regresaba a la casa blanca con la difícil tarea de hacer olvidar al capitán. Maduro y con experiencia, Diego ha demostrado estar en uno de sus mejores momentos. Con la confianza de Mou sobre su figura, ha dado seguridad a la zaga y ha demostrado que la secretaría blanca no se equivocaba con su fichaje. Sus partidos en el Camp Nou y Old Trafford, especialmente el de tierras inglesas, han facilitado que el Madrid esté donde está ahora mismo.
Está por ver si cuando vuelva Iker será (Diego) relegado a un segundo plano. Por lo visto hasta ahora, López merece defender la portería blanca.
- Raphaël Varane, la Antorcha Humana.
Las 19 primaveras que le contemplan son una bendición. Rápido, ágil, concentrado y con una limpieza en todas sus acciones digna de elogiar. El francés ha aprovechado la baja de Pepe para hacerse con un sitio en la defensa merengue. Sin faltas, rápido en la anticipación y con una clara salida de balón. El joven francés se ha doctorado esta semana. Soberbio ante el Barça. Brillante ante el United. Una falta en 270 minutos, robos, anticipaciones..., salvo la falta de contundencia en el gol del Manchester, Raphaël ha cuajado 3 partidos perfectos. Joven y con un talento innato para comandar la defensa de todo un real Madrid. Sale de zona y no sufre, se anticipa y la juega con facilidad. El futuro se escribe con V de Varane.
- Luka Modric, la Chica Invisible.
El fichaje del verano (40 millones de euros pago el Real Madrid por sus servicios) parecía no contar con los minutos deseados. A ratos, en partidos no decisivos se dejaba ver por el verde. Deambulaba alejado de su zona de influencia (la media punta, cerquita del área) y todo eran criticas a su contratación. Pero como si de la noche al día, todo cambio.
La expulsión de Nani hizo que Mou buscará el partido. Con Özil caído a la zona derecha y Kaka´en el campo, era el turno de Luka. Tímido y despeinado saltó a la pradera de Old Trafford. Temido por los diablos rojos (sus andanzas en Londres con el Tottenham se recuerdan), se enfundó la cinta, pensó y actuó cerca del área, como más les gusta.
Con el United replegado desequilibro en tres cuartos, aportó dinamism y anotó. Luka, como si nada hubiera pasado apareció para meter al Madrid en cuartos.
- Cristiano Ronaldo, la Cosa.
En el mejor momento de su carrera. Con 28 años ha llegado la madurez de uno de esos seres hechos para esto del fútbol. Su carácter ganador es incuestionable. Sabe que es importante, el equipo también, y no tiene problemas en asumir la responsabilidad. Cuestionado en su llegada por no aparecer en los partidos decisivos, el de Madeira lleva 6 visitas consecutivas viendo puerta en todo un Camp Nou. Doblete y a semis.
En Manchetser, la que fue su casa durante 6 años, los sentimientos y las emociones le superaron (como el mismo reconoció . Su figura intimida solo con su presencia. Desaparecido, intermitente, pero ahí apareció para rematar un servicio de Higuaín y meter al Real Madrid en cuartos de final. Pichichi de la Champions. Físicamente imparable. Es el elegido para devolver el trono europeo al madridismo.
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