El FC Barcelona parecía haber tocado techo con Pep Guardiola como técnico. En las cuatro temporadas del de Sampedor en el banquillo blaugrana se ganó todo, y varias veces. Mundial de Clubes (2), Champions League (2), Copa del Rey (2), Liga (3), Supercopa de Europa (2) y Supercopa de España (2). Únicamente Inter y Chelsea en Europa, y Real Madrid y Sevilla en España pudieron con los de Guardiola. 247 partidos, 179 victorias, 47 empates y 21 derrotas, un 72% de victorias y una diferencia de goles de más 457 (638/181). Brutal. Números al alcance de pocos, muy pocos, números que su segundo y sucesor Tito Vilanova parece igualar e incluso superar. Tito cumplirá su trigésimo noveno partido oficial al mando del equipo culé en San Siro. En sus primeros 38 partidos, el gerundense roza el 82% de victorias y suma 116 goles. Algo, que tras la marcha de Pep, parecía imposible.
Pero no solo los números varían de un año a otro, de una época a otra. Tito ha dado un giro, una vuelta de tuerca más a lo anteriormente visto en can Barça. Esta temporada estamos ante un "nuevo" FC Barcelona, la quinta esencia culé.
La posesión de balón sigue presente. Dominio absoluto del esférico, mismo trato, delicadeza y cuidado, pero distinta utilidad. Más vertical, más profundo en esta temporada el Barça, algo de lo que carecía en años atrás. Una profundidad dada, fundamentalmente, por Alba y Cesc, sí, Fábregas aporta mucho más de lo que parece. Rompe a la espalda de Messi e Iniesta, y sus llegadas desde segunda línea le hacen ser un peligro constante.
Encaja más pero anota más. Valdés ha recogido el balón de su meta en más ocasiones (44) que en temporadas con Guardiola, y solo estamos en Febrero. Pero este Barça es más efectivo, más goleador. Los números de Messi, sin duda, ayudan a ellos.
Pep Guardiola batió todos los registros. Números que parecía imposibles de igualar. Tito, en 38 partidos, lleva camino de ello.
Pero no solo los números varían de un año a otro, de una época a otra. Tito ha dado un giro, una vuelta de tuerca más a lo anteriormente visto en can Barça. Esta temporada estamos ante un "nuevo" FC Barcelona, la quinta esencia culé.
La posesión de balón sigue presente. Dominio absoluto del esférico, mismo trato, delicadeza y cuidado, pero distinta utilidad. Más vertical, más profundo en esta temporada el Barça, algo de lo que carecía en años atrás. Una profundidad dada, fundamentalmente, por Alba y Cesc, sí, Fábregas aporta mucho más de lo que parece. Rompe a la espalda de Messi e Iniesta, y sus llegadas desde segunda línea le hacen ser un peligro constante.
Encaja más pero anota más. Valdés ha recogido el balón de su meta en más ocasiones (44) que en temporadas con Guardiola, y solo estamos en Febrero. Pero este Barça es más efectivo, más goleador. Los números de Messi, sin duda, ayudan a ellos.
La verticalidad y la eficacia son señas de identidad del Tito Team, pero algo más llama la atención en el esquema blaugrana. El equilibrio ofensivo-defensivo llega por ambos costados.
En temporadas pasadas era el franco derecho el usado para atacar (con Dani Alves), y el izquierdo equilibraba en defensa (con Abidal). Este año, ambos costados son similares. Con Alves y Alba de laterales, Xavi y Cesc como interiores y Pedro e Iniesta jugadores de fuera-dentro, las bandas del Barça se convierten en una simetría perfecta, una simetría de la que se sale Leo Messi. El 10 juega a sus anchas, todos juegan para él. Él, responde con goles.
Si la simetría ofensiva la rompe Messi, el equilibrio defensivo se gana con Busquets. El de Badía equilibra y sostiene el puzzle culé desde el centro del campo.
En definitiva, un nuevo Barça, un FC Barcelona que parece vivir en una dimensión diferente a la del resto de equipos del planeta tierra. Tras un lustro de dominio, todo parecía hecho, pero este Barça se transforma, innova e inventa más. La quinta esencia culé tiene por delante tres meses para responder con títulos. Con la Liga encaminada, las semis de Copa ante el Real Madrid se convierten en el primer gran desafío.
En temporadas pasadas era el franco derecho el usado para atacar (con Dani Alves), y el izquierdo equilibraba en defensa (con Abidal). Este año, ambos costados son similares. Con Alves y Alba de laterales, Xavi y Cesc como interiores y Pedro e Iniesta jugadores de fuera-dentro, las bandas del Barça se convierten en una simetría perfecta, una simetría de la que se sale Leo Messi. El 10 juega a sus anchas, todos juegan para él. Él, responde con goles.
Si la simetría ofensiva la rompe Messi, el equilibrio defensivo se gana con Busquets. El de Badía equilibra y sostiene el puzzle culé desde el centro del campo.
En definitiva, un nuevo Barça, un FC Barcelona que parece vivir en una dimensión diferente a la del resto de equipos del planeta tierra. Tras un lustro de dominio, todo parecía hecho, pero este Barça se transforma, innova e inventa más. La quinta esencia culé tiene por delante tres meses para responder con títulos. Con la Liga encaminada, las semis de Copa ante el Real Madrid se convierten en el primer gran desafío.
Muy de acuerdo en la esencia, sin duda la profundidad la aportan Alba en izquierda y Alves con el consabido movimiento fuera-dentro de Pedro.
ResponderEliminarIniesta en zona de extremo aporta por un lado un foco de fútbol en esa zona y la pausa para que el equipo juegue y se establezca en borde de área rival y por otra parte la opción de desborde en el 1x1 solo conseguida en el Barça por Messi.
Veremos como compite en Champions y Copa donde conceder penaliza tanto, si se comporta de igual manera jugando a ver quien genera más a expensas de recibir, o si bien, se guardioliza y vemos un Barça más conservador en fase ofensiva protegiendo mucho más la posesión. Hoy saldremos de dudas. Me huele que alguno nos acordaremos de Keita