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martes, 3 de julio de 2012

La tercera sinfonía

Lo hizo. El combinado nacional levantó en Kiev su tercer título europeo, el segundo consecutivo, que unido al campeonato conquistado en Sudáfrica convierte a esta generación en el mejor equipo de la historia. La final contra la tetracampeona del mundo, Italia, fue más sencilla de lo esperado. El trabajo de los de Vicente del Bosque fue tremendo. Control, saber estar y eficacia. Lo que antes nos faltaba, ahora nos sobra. España se mueve como pez en el agua, como el depredador que ataca a su presa en estos partidos. España domina a la perfección este tipo de situaciones.

Antes de que sonaran los himnos nacionales nadie esperaba el resultado final (4-0). La contundencia lo dice todo. España fue tremendamente superior a la azzurra. Le robó el balón, la maniató con rondos infernales y la mató con certeros zarpazos. El guión perfecto.
España ahogo a Italia, España ahogo a Pirlo. El italiano brillante durante todo el torneo no apareció en la final, y eso lo notó su selección. Sin su capitán que estableciera un rumbo, Italia navegó a merced de los directores españoles. Xabi Alonso y Xavi Hernández, apareció cuando debía, manejaron el partido a su antojo. La mejoría de España es la mejoría de Xavi. El "8" encontró su fútbol, resucitó al sexto día para hacer mucho más fácil la victoria. Reencontró su fútbol, España la profundidad, la velocidad y el gol.


Xavi Hernández se marcha de Montolivo en un lance de la final del pasado domingo.

Tras el primer gol del canario Silva, España cogió el balón, tranquilizó los nervios y espero el momento. Un momento que llegó en una de las infinitas internadas de Jordi Alba. El flamante fichaje del FC Barcelona se plantó delante de Buffon, lo miró, le reto con la mirada y lo batió. Jordi se coronaba en el escenario perfecto. El descanso no cambió nada. España siguió y siguió controlando el balón. Busquets, Alonso y Xavi se aburrían de tocar. Cesc, Iniesta y Silva se descolgaban de sus posiciones para sobar el balón, menearlo de un lado a otro. España mareaba a Italia. Los minutos pasaban, España se acercaba. Únicamente por cumplir con el reglamento el partido se alargó hasta los 90 minutos reglamentarios, pero la final estaba sentenciada. Torres y Mata pusieron el tercero y el cuarto respectivamente. Los jugadores blues cerraban una temporada de ensueño.  A la Champions conquistada en Munich añadían la Eurocopa.

Pitido final. Casillas se preparaba, otra foto más, otra vez Platini y él en el palco. El capitán de la selección recogía el trofeo y lo alzaba al cielo de Kiev. España recuperaba así su corona europea, una distinción que no ha querido perder. Mantuvo el estilo, mantuvo el bloque y el resultado es el mismo: campeones de Europa.


Iker Casillas (centro) levanta la Eurocopa en el palco del estadio Olímpico Nacional de Kiev.


Iker, como buen capitán, apareció cuando el país le necesitaba. La defensa rozó la perfección. Sergio Ramos estuvo inmenso, Jordi Alba deslumbró, Piqué se reencontró consigo mismo y Arbeloa sabía su función. Busquets y Alonso mandaron partido tras partido. La Eurocopa del tolosarra ha sido brillante. Xavi apareció cuando debía, en la final. Silva e Iniesta machacaron a las defensas rivales con sus pases y combinaciones. Torres vio puerta y Cesc brilló de falso 9 asociándose con los bajitos. No todos jugaron. Unos destacaron más que otros, pero los 23 son importantes, los 23 son campeones de Europa y todos habrán aportado algo, dentro o fuera del campo, en el hotel o los entrenamientos. No son los 23 mejores jugadores españoles, son un equipo y los equipos ganan campeonatos.


Los elegidos por Vicente del Bosque entonaron en Polonia y Ucrania la tercera sinfonía. Diferente a la escuhada en Austria y Suiza. Con modificaciones respecto a la de Sudáfrica. España se renueva, se adapta a las circusnstancias pero su fútbol sigue sonando a las mil maravillas. Las lienas que delimitan el rectángulo de juego hacen la función de la partitura. Los jugadores representan las notas musicales. El balón es la música celestial que suena al son del marqués. La tercera sinfonía incluirá modificaciones para el mundial del 2014, pero la idea seguirá siendo la misma. Ese concepto que nos ha llevado a hacer historia, a ser leyenda.

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